Mbappé, la guinda de un proyecto de largo recorrido
El Real Madrid afronta el plan renove con varias caras nuevas, pero quizás no las suficientes. Ya sea este verano o el que viene, la obra sólo estará completa con la llegada de Kylian Mbappé

La gran revolución del Madrid para este verano se ha concretado hasta ahora en cinco caras nuevas: Rodrygo, Militao, Mendy, Hazard y Jovic. ¿Suficiente para la hinchada? Rodrygo llega de Brasil en un caso parecido al de Vinicius, con mucha expectación pendiente de ser demostrada en la gran plaza blanca. Militao, procedente del Oporto, es otra apuesta de futuro para la defensa con muchos años por delante. Jovic viene desde Alemania con la vitola de gran goleador en ciernes, Mendy es un jugador contrastado aunque con años por delante para sumar… Y poco más. Hazard es la excepción, sobre el que se tiene depositadas muchas esperanzas, pero no todas.
Exceptuando el caso de Eden, el resto son fichajes de prometedor futuro o para completar la plantilla. La sensación de que falta algo más para el presente inmediato se hizo patente en la presentación del belga, con la afición pidiendo a Florentino el fichaje de Mbappé, misión casi imposible, al menos este verano. Pero llegará, no tengan duda, juéguenlo todo en marca apuestas a que sucederá. Porque es exactamente el jugador que el Real Madrid necesita. No hay mayor talento ni más joven que él en el universo del fútbol ahora mismo, y para colmo está donde no debería, una liga y un club menor que no le corresponde por mucho dinero que tenga bajo el colchón. Es la pieza que le falta al puzle de Zidane.
La posible llegada de Pogba, si es que se produce, tampoco acabaría con el sueño de contratar al joven delantero galo: perfiles diferentes para necesidades diferentes, ilusiones diferentes. El club sabe que la única opción para traerlo es forzando al PSG a negociar, y eso solo se producirá forzando con la no renovación del contrato del futbolista y su firme voluntad de cambiar de equipo. No tengan duda de que los caminos del Real Madrid y de Kylian convergen en un punto del futuro a corto plazo. No mañana, no este verano, pero sí en unos meses. El mejor club del mundo y el mejor jugador del mundo de la próxima década están condenados a entenderse. Zidane es la llave.
Mbappé es un jugador que recuerda a Ronaldo Nazario: rápido, potente y letal cara a portería. Con 19 años y el Mundial ya ganado con Francia, su proyección es inimaginable. Está llamado a marcar una época en el fútbol europeo, y eso solo lo puede hacer desde un club de la talla del Real Madrid donde lo importante sea ganar y competir, no hacer lo que sea que hace el PSG con su vida. Él lo sabe, Florentino lo sabe y los aficionados lo saben. Condenados a entenderse por el bien del fútbol mundial.
Con Messi y Cristiano llegando al ocaso de sus carreras, Neymar o Griezmann demostrando que nunca podrán estar a la altura, y una retahíla de nombres por detrás que jamás alcanzarán esos estándares de calidad por mucho bombo y platillo que los anuncie en la prensa, los ojos del mundo se dirigen hacia Mbappé. No guarden rencor por las calabazas de hace dos veranos cuando decidió marcharse a Paris siguiendo malos consejos, todos los jóvenes se equivocan, y él tiene tiempo de rectificar.
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