¿Qué ocurre realmente con Isco Alarcón?
Uno de los futbolistas españoles más importantes está en horas bajas. ¿Quién tiene la culpa de la situación de Isco en el Madrid, los demás o el propio futbolista con su actitud en el campo?

Es un secreto a voces que la situación actual de Isco en el club es mala y va a peor. Solari apenas cuenta con él y la afición ve como uno de los principales jugadores españoles y pilar básico en la selección ha pasado al ostracismo absoluto desde la salida de Julen Lopetegui y la llegada del nuevo técnico argentino. ¿Puede el Real Madrid permitirse el lujo de renunciar al jugador con más clase de toda la plantilla? ¿Te jugarías el código promocional paston a que Florentino venderá a Isco este verano? ¿Por qué motivos exactamente no juega? Cada semana que pasa supone un nuevo desencuentro entre todas las partes implicadas en esta relación. Esta jornada Isco ha vuelto a ser suplente, sustituyendo en el campo a Lucas Vázquez en la segunda parte. Está claro que algo pasa con el malagueño.
Isco nunca ha sido un currante en el campo. No cabe esperar de él miles de kilómetros recorridos, sino un jugador inteligente que aprovecha su clase para marcar las diferencias. ¿Es ese motivo suficiente para dejarlo fuera del equipo titular? En un club como el Real Madrid no, aunque con matices. Quizás no se le pida convertirse en un maratoniano media punta, pero la desidia y la apatía que demuestra en los momentos clave no parecen ser la mejor solución a sus desencuentros con el míster. En un club como este la camiseta está por encima de todo, e Isco como todo el mundo debe correr y sudar. Parece claro que su destino sea el banquillo o la grada cuando esto no se cumple. Tampoco hablamos de Messi.
Por otro lado el equipo posiblemente ahora no le necesita, dadas las carencias existentes. Si Solari apuesta por otras soluciones ante los problemas en el campo es porque cree que Isco no ofrece los recursos que anda buscando. Es una reflexión de doble filo, cualquier lector podría entender que justamente Isco es el revulsivo que necesita el equipo, pero ahora mismo, observando las carencias defensivas y de gol que tiene la plantilla, Isco no parece pieza determinante ni en un caso ni en otro.
Para cerrar el círculo está la falsa percepción que la afición tiene del jugador y que ha sido continuamente alimentada por los medios de comunicación afines. Encumbrar a un deportista tiene sus riesgos, el principal es que quienes tiene tanta consideración por el futbolista pierden completamente la perspectiva. Jugadores y medios de comunicación nunca fueron amigos, y cuando ha ocurrido quien se lleva la peor parte es el lector. Quizás muchos aficionados crean, por las opiniones vertidas en los espacios futboleros de la prensa, que la situación de Isco es injusta. Sin embargo, quienes realmente sepan abstraerse de esas corrientes mediáticas y analizar en profundidad el rendimiento del centrocampista durante los últimos tiempos puede ver con claridad que su estado de forma y su implicación en el proyecto es nula.
Solo Isco sabe qué pasa por su cabeza y cuál es la realidad de su relación con el entrenador. Para los aficionados que tienen un mínimo de objetividad las cosas son claras y la realidad habla por sí sola, por mucho cariño que se le haya podido coger al mago Alarcón. Entre su recital de trucos no puede estar el desaparecer del campo ni el de achacar sus males a la especial obsesión del míster. Esperar a que lo echen, que parece haber sido la solución adoptada por el deportista, solo logrará encender aún mas los ánimos de quien busca resultados.
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