Semana negra. Año en blanco.
Valencia y Juventus han convertido estos días en una semana negra. El Real Madrid terminará el 2015 en blanco, un año horrible, sin títulos y con una sensación frustrate

Ha pasado algo impensable hace unos pocos meses. Incluso hace unas semanas. El Real Madrid va a terminar el año 2015 sin ningún título oficial. La triste noticia se confirmó ayer tras el Real Madrid 1 – Juventus de Turín 1 en la vuelta de la semifinal de la Champions League. Una semifinal que se pudo ganar pero que no sirve para llegar a la final y pelear contra el Barcelona el trofeo más importante del año.
La mala semana había empezado el sábado pasado, cuando el Valencia nos empató a 2 en el Bernabéu y dejaba la liga sentenciada para el Barcelona. Todavía no es matemático pero la verdad es que solo un milagro haría que los culés no ganaran la liga.
Y todo esto la temporada donde el equipo batió todos sus records de victorias consecutivas, donde parecía que el record de goles sería para la historia y muchos madridistas hablaban de que teníamos la mejor plantilla de la historia. La temporada donde todo esto ha sucedido puede terminar con un paupérrimo resultado, una supercopa de Europa y un Mundial de clubs de fútbol, lejos de lo exigible para un club como el Real Madrid.
No quiero cargar tintas contra el equipo, es más, los dos últimos partidos, que a la postre han sido los definitivos para saldar el año de forma tan negativa, el equipo lo ha dado. Los jugadores se han vaciado y hemos generado fútbol y ocasiones como para ganar bien tanto al Valencia como a la Juve. Cuando se da todo queda poco más que felicitar al rival y buscar tus propios errores para que no se vuelvan a repetir. Y ahí es donde el Real Madrid tiene que trabajar, y por cierto, tiene que hacerlo en algo que todos ya sabíamos con antelación pero parece que no aprendemos año tras año.
Y para mí los errores han sido los siguientes:
- Confiar la portería en un portero que hace tiempo dejó de estar a un nivel competitivo. Y ahí veo culpable a la directiva como al entrenador. A la primera por quitarse de en medio al mejor portero de los dos que tenía el equipo el año pasado y al entrenador por no confiar en Keylor Navas.
- No reforzar los puestos que realmente hacía falta reforzar. Todos nos alegramos enormemente con el fichaje de Kroos. Se fichaba un jugador donde hacía falta, en el centro del campo, era una gran noticia, pero la salida posterior de Xabi Alonso volvía a dejar el puesto cojo. Y podéis hablar de Illarramendi y Khedira, pero es que ambos estaban en la situación actual cuando empezó la temporada por lo que no es de extrañar lo poco que se ha contado con ellos. Esto sin duda alguna es culpa de la directiva.
- Fichar fuera de lugar. El fichaje de Lucas Silva es a todos trapos un fichaje que no tenía sentido. Un jugador que estaba en pretemporada y que parece que solo tiene una salida, ser cedido ya que no tiene lugar en el equipo, cuando iba a ser el salvador del equipo tras la lesión de Modric. Otra vez un error de la cúpula directiva.
- Tener jugadores totalmente titulares, que saben que no van a perder el puesto hagan lo que hagan. Esto siempre es un error, sea quien sea el jugador y lo cometemos año tras año. Sin duda, error de Carlo Ancelotti.
- El punto anterior va relacionado con las pocas rotaciones, algo que el propio entrenador dijo a principio de año que haría y que no hemos visto nada más que por las lesiones. Un año más el equipo llega bastante fundido al final de temporada por otro grave error de Carlo.
- Para muchos ha sido un grave error de Carlo durante toda la temporada, “los cambios en los partidos”. Obviamente esta crítica se hacía desde el enfado por los resultados, porque luego, cuando se cambiaba se criticaban los cambios. El banquillo típico del Real Madrid esta temporada ha sido el formado por Keylor, Varane, Arbeloa, Coentrao, Illarramendi, Jesé y Chicharito. Obviamente poco hay que mejorar con estos jugadores en el banquillo. Para mí es más un problema de descompensación de la plantilla que de cambios mal hechos, sin dejar de negar que se podría haber mejorado bastante en ese aspecto.
Quiero terminar con lo frustrante que es la sensación que tengo con el equipo. Y no es otra que toda esta plantilla de mega estrellas ha dependido al 90% de que Modric estuviera en el campo y con las lesiones del croata… el equipo ha desaparecido.
Dicho esto, espero que la junta directiva aprenda de los errores, haga un equipo compensando y Carlo dirija al próximo Real Madrid, que debe pelear por traernos la undécima Copa de Europa y la trigésimo tercera liga. ¡Hala Madrid!
Como dijo Mou: "El Madrid es política"
Carlo heredó una plantilla muy potente que se había acostumbrado a rendir de manera muy competitiva, que tenía en su ADN el olor a cúspide.
Durante la primera temporada de Ancelotti la "ausencia" del Barcelona en el concierto europeo y la falta de competitividad de otros grandes continentales le allanaron el camino a la Décima, eso sí, batiendo a un Bayern que desde entonces ha sumado muchos empates y derrotas ante rivales de cierto nivel. El Madrid fue remozado con la suma de Illarra, Bale, Isco o Carvajal, que ampliaron las perspectivas tras la marcha de Özil o Higuaín, pero en ese equipo ganador aún fueron cruciales Xabi Alonso y Di María. No hay campeón sin suerte y aunque en la liga no fue suficientemente competitivo, en las eliminatorias y finales de Copa y Champions la moneda siempre caía del lado que más favorecía los intereses blancos.
Carletto se ganó con la mano izquierda a toda la prensa, el entorno y el vestuario. Diplomacia y política son artes vecinas y al técnico italiano le bastó serenar ese vestuario que Mou (supuestamente) había incendiado. Como todo lo demás le vino de manera favorable y lo que no fue solventado con acertadas decisiones (como se vio en la eliminatoria ante el Bayern) el madridismo fue feliz.
El inicio del segundo proyecto de Carlo rompía ya del todo con la herencia mourinhiana. La llegada de Kroos y James, la marcha de Diego, la suplencia reiterada de Arbeloa y Khedira configuraba un equipo más jugón, pero que no dejaba de ser de arquitectura frágil. Batió records de victorias, pero en todos esos partidos sólo un Barsa en construcción se pudo considerar rival de nivel. La ensoñación de que estábamos ante el nacimiento de una nueva era necesitaba el contraste de la realidad, saber que el mal inicio de temporada sólo había sido una fase transitiva sin más.
Por desgracia ello no fue así. Los enfrentamientos ante rivales de mayor nivel cuando además el equipo empezaba a tener bajas demostraba que el colectivo había perdido mordiente y capacidad de reaccionar ante la adversidad. Estos meses el Valencia, el Atlético, el Sevilla, el Barcelona, el Schalke y, como no, la propia Juventus, dejó a las claras que construir un equipo sobre la base de las jerarquías, galones y simpatías puede no ser lo más competitivo.
Hemos visto a Ramos en distintas posiciones, a Benzema o Bale ser titulares sin estar fisicamente entonados, a un excelente enganche como Isco reconvirtiéndose en una posición que le honra como profesional pero que restaba al colectivo, y hemos visto, día tras día, a Casillas de titular, todo por mantener la paz social del madridismo mientras se luchaba por los títulos.. Al final, ni lo uno, ni lo otro.
Pues sí, como decía Mou: "El Madrid es política".